Los empresarios se amparan en la crisis para esquivar el compromiso
El principal convenio del campo en Andalucía, el de Jaén, que afecta a 120.000 trabajadores, se firmará la próxima semana manteniendo, una vez más, una laguna que se ha convertido ya en una reivindicación histórica: la obligatoriedad empresarial de ofrecer alojamientos a los miles de temporeros que cada año llegan a la campaña. Los empresarios se han escudado en la actual crisis económica para esquivar de nuevo esta cláusula, limitándose el texto acordado con los sindicatos a una mera declaración de intenciones, pero sin compromiso alguno, para que los alojamientos ofrezcan unas condiciones básicas de habitabilidad.
Al contrario de la campaña de la fresa de Huelva y de la vendimia francesa, donde los jornaleros son alojados sin coste alguno en casas facilitadas por los empresarios, en la principal campaña agrícola andaluza el tema del alojamiento queda reservado a una cuestión de buena voluntad del patrono. Por eso, cuando esa predisposición no se da se repiten, año tras año, las escenas de inmigrantes durmiendo en la calle, en coches o en cortijos en condiciones deplorables. Esta circunstancia no ha pasado desapercibida desde la Subdelegación del Gobierno en Jaén, cuyo titular, Fernando Calahorro, calificó en días pasados el sistema como "perverso", abogando, sin éxito, por incluir esa cláusula en los convenios.
"En materia social nos encontramos con unas patronales agrarias ancladas en el pasado, ya que no han permitido que este convenio se adapte a la realidad social de hoy", señaló ayer Mariano Chinchilla, de la Federación Agroalimentaria de CC OO.
La patronal se defiende: "En un periodo de aguda crisis el nuevo convenio del campo garantiza la estabilidad social y evita que la conflictividad llegue por el tema laboral", argumenta Luis Carlos Valero, de Asaja en Jaén, tras destacar la subida salarial del 4,9% en el primer año y del IPC más un punto y medio para los dos siguientes. Los sindicatos valoran el acuerdo en términos salariales, pero critican la nula receptividad de los empresarios a abordar los alojamientos. Antonio Marcos, de la Federación Agroalimentaria de UGT en Jaén, advierte que su sindicato "no aceptará que los patronos utilicen los albergues como lugar de residencia de los temporeros". En la provincia existen una veintena de albergues para temporeros, pero éstos limitan su estancia a un máximo de cinco días, por lo que en muchos casos los inmigrantes se ven forzados a quedarse en la calle. El sindicato UGT tiene previsto visitar en torno a 250 cortijos para comprobar que cumplen la normativa.
El nuevo convenio incorpora como novedad un plus por desplazamiento de 0,30 céntimos por kilómetro.
Esta noticia me parece muy interesante respecto a un trabajo coloquial que realizamos dias pasados en clase.
El coloquio trataba sobre las condiciones infrahumanas en las que se encuentran muchos temporeros, y de como los empresarios se buscaban mañas para evadirlas. Poir ejemplo la de alojar a los trabajadores en casas de poblaciones en las cuales no pueden realizarse inspecciones.
jueves, 5 de febrero de 2009
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ResponderEliminarBueno, como tú dices ya comentamos esto en clase, aunque es importante verlo reflejado.
El trabajo del temporero es duro, muchos incluso viajan con sus familias, pronto nos llegarán alumnos nuevos hijos de temporeros que vendrán en el punto álgido de la campaña de la fresa. Normalmente, estos temporesros de "última hora" suelen venir de Jaén, de Portugal o de África