jueves, 19 de marzo de 2009

Transgénicos que salvan vidas



El 34% de los españoles considera la ciencia perjudicial o que los aspectos positivos o negativos de ésta eran equivalentes. Si ese mismo porcentaje tuviera que prescindir de los beneficios de la ciencia (tales como la electricidad, las medicinas, el coche, las gafas, los ordenadores, la televisión...) muy probablemente la opinión sobre ésta cambiaría radicalmente hacia otra mucho más favorable. El problema radica en que muchos no perciben los frutos de la ciencia a nuestro alrededor.
En un clima de confusión global, los transgénicos se perciben, sin distinciones, como entes dañinos y malignos que vienen a perjudicar el mundo. Pocos son los que conocen que gracias a los transgénicos millones de personas han salvado sus vidas y pueden seguir viviendo. Ahí tenemos a la insulina administrada a diabéticos, varios tipos de vacunas (como la hepatitis B) y gran diversidad de tratamientos para determinadas enfermedades que conseguimos gracias a organismos transgénicos.

El ambiente de preocupación presente por los alimentos transgénicos está llevando a la sociedad a considerar todo lo transgénico malo o dañino. Ignorando esos frutos de la ciencia, concretamente determinados organismos transgénicos, que están salvando la vida a millones de personas o mejorando su salud. De hecho, si ahora seleccionásemos a 10 personas con diabetes tipo I y les preguntásemos sobre su opinión acerca de los transgénicos la respuesta más frecuente sería la siguiente: "Pues me parecen algo malo y peligroso." Ahora bien, si les dijéramos que el tratamiento con insulina, que se aplican todos los días y que les permite seguir viviendo, procede de un organismo transgénico, la opinión cambiaría sustancialmente al descubrir este hecho no sin sorpresa y asombro.

Pienso que esta noticia viene acorde con la exposición que hemos colocado en el centro.A mi parecer lo que son buenas o malas son las aplicaciones de la ciencia que realizan los hombres. Con los transgénicos ocurre lo mismo, pienso que los transgénicos no son ni buenos ni malos, sino que son buenos o malos según la intención con la que se aplican. Un ejemplo de su uso dañino podría ser la aplicación masiva de éstos en los cultivos haciendo peligrar una biodiversidad.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo contigo. Los transgénicos en sí no son ni buenos ni malos, e incluso, el uso que de ellos se hace en medicina es fantástico.
    Pero una cosa es tenerlos confinados en un laboratorio produciendo insulina, y otra... bueno, ya lo has visto en la exposición y en el trabajo que habéis hecho.
    Buena entrada.

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