domingo, 9 de noviembre de 2008

Cultivos transgénicos en España: una amenaza grave

España ha sido el país pionero en la siembra de variedades transgénicas en la Unión Europea, incorporando a la lista nacional de variedades vegetales dos variedades de maíz insecticida Bt en 1998, cinco variedades en 2003 y otras siete en 2004. La superficie sembrada de maíz transgénico pasó de 25.000 hectáreas en 2002 a 32.000 hectáreas en 2003, aumentando a 58.000 hectáreas en 2004, según los datos de ISAA [1]. En 2003 esta superficie apenas representaba el 7% del total nacional, distribuyéndose de la siguiente forma: Cataluña 13%, Aragón 11%, Castilla la Mancha 9%, Madrid 9%, Navarra 4%, Andalucía 3% y Extremadura 2%. La mayor parte de la superficie de maíz Bt sembrada en España corresponde, según el Ministerio de Agricultura, a las variedades portadores del evento Bt 176, retiradas del mercado en EE UU por sus riesgos de aparición de resistencia en las plagas y por el riesgo de que su elevada toxicidad afecte a especies de insectos protegidas o beneficiosas, y que la Agencia de Seguridad Alimentaria española recomendó retirar en 2004 por sus riesgos sanitarios.
VARIEDADES CULTIVADAS
Todas las variedades autorizadas en España son variedades insecticidas (Bt 176 y Mon 810), que producen una toxina fabricada en la naturaleza por una bacteria del suelo, el Bacillus thuringiensis. En el caso de las variedades Bt 176, las células del maíz llevan incorporado un gen “marcador” de resistencia a la ampicilina. La incorporación del gen Bt se supone que debe defender al cultivo controlar el “taladro”, un insecto que puede convertirse en plaga en las zonas donde el monocultivo de maíz está más extendido, especialmente en años de calor. Sin embargo esta “defensa” no está garantizada, ni estaría justificada en gran parte del territorio, donde el taladro no provoca grandes daños.
APARICION DE RESISTENCIA EN LAS PLAGAS
Uno de los grandes problemas de los cultivos Bt es la previsible evolución de resistencia a la toxina por parte de las plagas, sobre todo si la superficie cultivada es muy extensa y uniforme. Por otra parte, en 2001 la Agencia de Medio Ambiente de Estados Unidos (Environmental Protection Agency) no renovó la autorización para las variedades Bt 176, comprometiéndose la empresa que comercializa las semillas en EE UU a retirarlas del mercado. La no renovación de la autorización se debió a que se había comprobado que en las variedades Bt 176 el riesgo de generación de resistencia al insecticida era más grave que en otras variedades, no estando protegido el cultivo frente a la segunda generación de insectos plaga. En un estudio sobre control de taladro con maíz MG llevado a cabo por el ITG-A en Navarra durante 1998, 1999 y 2000, se llega a la alarmante conclusión de que en España están apareciendo ya resistencias en el taladro [2]. La aparición de resistencia al Bt no sólo inutilizaría un valioso plaguicida utilizado en agricultura biológica, ocasionando gravísimos perjuicios a los agricultores ecológicos, sino que pudiera tener unas repercusiones difíciles de prever -y potencialmente graves- en los ecosistemas, ya que desconocemos el papel jugado por el Bacillus thuringiensis en los ciclos y equilibrios biológicos de la naturaleza.
RIESGOS GRAVES PARA LA SALUD HUMANA
Las variedades de maíz Bt 176 fueron prohibidas desde el primer momento en varios países de Europa (Austria, Italia, Luxemburgo) por los riesgos para la salud humana derivados de la presencia de un gen marcador de resistencia a la ampicilina, que pudiera agravar el ya preocupante problema de aumento de las enfermedades resistentes a los antibióticos. El 16 de abril 2004 la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria recomendaba la retirada del mercado de estas variedades, publicándose a los pocos días en España una decisión de la Agencia de Seguridad Alimentaria Española en el mismo sentido, que obligaría a revocar su autorización en España a partir de diciembre 2004. Este revocación, sin embargo, no parece haberse llevado a cabo. Los riesgos de alergias o de otros problemas para la salud asociados a las variedades insecticidas Bt no se habían estudiado adecuadamente antes de su autorización, ni se ha hecho un seguimiento riguroso posterior de sus efectos, por lo cual su cultivo supone someter a la población (y al ganado que lo consume) a un peligroso (e involuntario) experimento a gran escala. Según un informe del Norwegian Institute for Gene Ecology en Filipinas los problemas de alergias aparecidos en los últimos años en zonas de cultivos Bt pueden estar relacionados con el maíz transgénico [3].

1 comentario:

  1. Muy buena entrada. Te comento lo que al resto de tus compañeros, intenta que la entrada sea más corta, con un pequeño resumen y valoración (opinión) por tu parte. Luego puedes poner un enlace al lugar del que la has sacado para que, si interesa, todos lo podamos ver completo.
    Por lo demás, buena entrada, este tema lo trabajaremos a fondo en el segundo trimestre, con lo cual espero que hablaremos largo y tendido de transgénicos

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