Según científicos convocados el pasado 5 de diciembre en Panamá por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. En la conferencia internacional se aseguró que el cambio de los suelos para introducir especies exóticas, como la palma africana o la caña de azúcar, y la deforestación son algunas de las consecuencias de la creciente producción de biocombustibles en el mundo.
El científico del STRI William Laurance destacó que la ocupación de franjas agrícolas para generar este tipo de energía está acarreando, además, un gran aumento de los precios de los suministros alimenticios relacionados con el maíz, la soja y la palma.
"De aquí a 30 años creando energía con aceite de palma se reduce la emisión de carbono en 30 toneladas por hectárea, pero no se tiene en cuenta la pérdida de bosque.
Comentario: Creíamos que los cultivos para biocombustibles acabarían con muchos problemas medioambientales pero parece ser todo lo contrario, como siempre cuando empiezan los intereses económicos corrompen todo lo que tocan y lo que podía ser la solución de un problema, se convierte en otro más grave.
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Me imagino que todo en su justa medida... Supongo que donde hay cultivos excedentarios, como el girasol en Andalucía, se podría dedicar superficie al biodiesel. Pero que se haga allí donde se pasa hambre, parece cuando menos bastante injusto. He vivido esto en las zonas selváticas de Bolivia, donde grandes propietarios deforestaban enormes extensiones para dedicar al cultivo de soja o pastos para ganado vacuno mientras la gente de allí no tenía tierras para producir sus propios alimentos.
ResponderEliminarPor no hablar efectivamente de los cambios en el suelo. La enorme precipitación provoca un lavado muy rápido de cationes y en poco tiempo tenemos un terreno con un gran exceso de aluminio, a penas fértil al cabo de dos otres años tras la corta de la selva.
En fin, al menos yo sólo pasé un mes alimentándome todos los días de arroz y pollo